“Es lo más inquietante que he visto”, dice un legislador tras el vídeo del remate a náufragos de una narcolancha

Hace 1 día 3

El legislador demócrata Jim Himes se mostró consternado. “Lo que visto en esa sala es una de las cosas más inquietantes que he observado en mi trayectoria en el servicio público”. Hacía alusión a los dos supuestos narcotraficantes que sobrevivieron al primer ataque de Estados Unidos a una narcolancha en el Caribe, el pasado 2 de septiembre, y que poco después fueron rematados por otro misil.

Esa confesión se produjo al salir del la sesión del comité de Fuerzas Armadas del Congreso, tanto de la Cámara de Representantes como del Senado, donde compareció el almirante de la Marina de EE.UU, Frank Bradley, que fue quien supervisó ese primer ataque a una embarcación de supuestos traficantes de drogas. Bradley sostuvo que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, no dio la orden de “matar a todos”.

Según algunos de los asistentes, el almirante al mando tomó la decisión de hacer ese segundo bombardeo al observar que había dos supervivientes (otros nueve habían muerto) y que esos dos trataban de establecer comunicación por radio. De ahí dedujo que seguían con sus intenciones criminales, por lo que era necesario eliminar ese peligro.

En esa sesión para los congresistas se emitió el vídeo de ese segundo ataque, unas imágenes que Hegseth y el gobierno ocultaron en su día y que todavía no han podido ver los estadounidenses, a pesar de que el presidente Donald Trump aseguró que no había problema alguno en difundirlas.

El senador conservador Tom Cotton, uno de los duros de la extrema derecha, matizó que había quedado claro que Hegseth no tenía nada que ver con ese segundo ataque y que, en su opinión tras esa visualización, fue “enteramente legal y necesario”. Insistió en que “eso es lo que se espera de nuestros mandos militares”.

Pero Himes y otros legisladores, incluidos algunos republicanos, no lo vieron de la misma manera. Más bien salieron dolidos por la crueldad y el refuerzo de las dudas sobre la legalidad de esos ataques contra los narcotraficantes, que parecen más bien juicios sumarísimos por delitos, si los hay, que nunca reciben sentencia de pena capital, ni siquiera de cadena perpetua. De ahí que aumente el tono de las acusaciones de crímenes de guerra contra el gobierno del pacificador Trump.

“Lo que he visto son dos individuos en clara situación de angustia sin ningún medio para salir, en una embarcación destruida por Estados Unidos. Cualquier estadounidense que vea ese vídeo observará que el ejército de Estados Unidos ataca a marineros náufragos”, declaró Himes, máximo representante demócrata en esa comisión de la Cámara de Representantes.

“Tipos malos, tipos malos, pero atacar a náufragos que no estaban en situación de continuar con su misión”, se lamentó a preguntas de los periodistas. “He de ser cuidadoso con el lenguaje, pero sí, me suena a crímenes de guerra”, afirmó luego en la CNN.

“Esta sesión informativa confirma mis peores temores sobre la naturaleza de las actividades militares de la administración Trump”, remarcó en un comunicado Jack Reed, el líder de los demócratas en esa misma comisión del Senado.

El republicano Don Bacon, con experiencia militar, dijo sentir alivio tras saber que Hegseth no había estado involucrado en esa decisión de rematar a los dos supervivientes. “Esto es positivo pero todavía es discutible para mi que debas apuntar a dos personas que intentan sobrevivir en el agua”, contestó.

“Sé que los militares explican que esos intentaban comunicar por radio y trataban de recuperar droga, pero aún así me sigue preocupando porque esos dos intentaban sobrevivir y nuestras normas de derecho y de guerra no permiten matar a supervivientes”, lamentó.

Después de ese bombardeo se han registrado otra veintena más de hundimientos, con al menos 83 muertos, la mayoría en aguas del Caribe, pero también algunos en la zona este del Pacífico. El objetivo de Trump es la guerra a los narcotraficantes y no descarta hacer ataques dentro del territorio de Venezuela, país que está en el centro de esta guerra. Muchos consideran que el objetivo final es el cambio de régimen forzando la salida de Nicolás Maduro de la presidencia del país sudamericano.

Si bien se había apuntado, y en paralelo a esta crisis por el remate a esos dos náufragos, The Wall Street Journal publicó que Alvin Holsey, almirante en jefe de la marina de EE.UU. en el hemisferio occidental, expresó su total disconformidad con esos ataques a las narcolanchas. Aunque solo llevaba un año en el puesto y que le faltaban varios más, Hegseth pidió su dimisión y forzó su marcha.

Hace un par de meses se anunció que se iba. Ya había tenido roces nada más llegar Hegseth como nuevo responsable del Pentagono. Ahora queda claro que Holsey planteó muchas dudas legales sobre esos hundimientos de embarcaciones y esto supuso su retirada prematura. 

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